Amigos y amigas contrabandistas, en 2.009 formamos un grupo de baile para actuar en el acto del Contrabando de nuestra comparsa. Años anteriores ya habíamos bailado en este acto, pero a partir de esta fecha nos consolidamos como grupo. En verdad han pasado por él diversas personas, que por un motivo u otro no han continuado. Actualmente nos sentimos grupo estable para actuar en el Contrabando. El grupo está formado por:
Raquel Davó
Conchi Díaz
Rosi Francés
Lourdes Mataix Díaz
Rosa María Beneito Francés
Luisa Navarro Hernández
Carolina Micó Navarro
Nerea Sánchez
Reme Gandía
Rita Gandía
Miriam Aliaga Navarro
Julia Palao
Clara Navarro
Paula Francés
Pepe Vidal García
Sonia Conesa García
Grupo de Baile del Contrabando.
Primer viernes de agosto nos reunimos el grupo de baile del contrabando en la casa de los contrabandistas para el primer ensayo. Comenzamos por lo básico, recordar cada una de las cuatro sevillanas de cada pieza. Normalmente algo falla, los careos, el final de la tercera y así vuelta a empezar. La situación se complica cuando llegamos al círculo, que si yo voy para la derecha, yo para la izquierda, si el taconeo de la tercera para un lado, que si para el otro, que me mareo en los careos, total que vamos depurando lo que es cada sevillana, bailada en pareja, de cuatro, de tres, de cara al público, en círculo, etc. Una vez visto los fallos y haberlos corregido quedamos para el próximo viernes.
Previamente selecciono la música a bailar y practico en casa para ver cómo quedaría, sevillanas lentas, rápidas, rocieras, etc.
Mientras ensayamos los bailes El Colectivo La Navaja está en la parte de arriba de nuestra sede preparando el acto del Contrabando, lo que es el montaje del atrezo y las actuaciones.
El segundo viernes de ensayo comenzamos diciendo lo bien que nos va a salir, pero por dentro pensamos ¡es un desastre, no nos sale!. Nos ponemos a bailar y zas ¡es increíble! somos bailarinas profesionales, Sara Varas a nuestro lado es una principiante. Nos vamos más contentas que unas castañuelas.
El tercer viernes de ensayo vamos con paso firme y seguro, más convencidas que nunca de que todo está bajo control hasta que en los taconeos del círculo va alguna y “¡oooooooh!” lo hace para el lado que no es, para rematarlo al llegar a los careos del círculo éste parece un hexaedro. Nos vamos a casa diciendo “hay que ensayar más” “vamos a hacer el ridículo”.
El cuarto viernes de agosto ENSAYO FINAL “¡uuuuuh!”, estas palabras imponen respeto, comienza la música y ¡ale hop! todo sale como sale. Nos vamos diciendo“ el día del Contrabando nadie nota los fallos, no saben lo que hemos ensayado”, son ideas de auto-convencimiento de que todo quedará bien.
Así, después de una semana sin ensayar por fin llega el día 7 de septiembre. Comienzo el día almorzando en los contrabandistas con mi padre y sus amigos. Tras unas largas “charraícas” sobre el contrabando me voy corriendo a arreglarme para salir en la ofrenda. Llegados a este punto unas mariposillas me suben por la barriga al pensar en la tarde.
Terminada la ofrenda voy al aperitivo, el cual se junta con la comida. Voy a comer con El Colectivo de la Navaja y con el postre aún en la boca vamos corriendo cada uno a preparar su parte del contrabando. Voy a casa me cambio de vestido de sevillana y mientras me va subiendo un hormigueo por la barriga inacabable. Cojo mi cesta con lo que voy a lanzar después del acto del Contrabando y me dirijo a la casa de los contrabandistas con la esperanza de que el grupo de baile llegue pronto y podamos ensayar un poco, no sé como sigo teniendo esa esperanza porque casi nunca se cumple.
Cuando llego a los contrabandistas sorpresa… me llaman por teléfono: “¿síiiiiiii, dime?”, una voz ronca me contesta “no puedo bailar porque…” Ahora ya no tengo hormigueo, tengo tensión, alguien se queda sin pareja y tenemos que modificar lo ensayado. Todos los que participamos en este acto vamos con la banda de música desfilando hacia nuestro objetivo final. La avenida de la Constitución es nuestra. Del brazo de Pepe, mi pareja de baile, vamos más chulos que un cabo el día 5, sacando pecho y la barbilla bien alta. Conforme vamos llegando diviso a lo lejos a Emilio y Cari, ”¡uffff!” tenemos refuerzos, uno de los dos puede sustituir a quien no ha podido venir. Comienza a sonar la música, en la primera pieza aún hay nervios, pero después ya a disfrutar. Siento que la música me lleva, bailo con la pareja perfecta y la gente nos aplaude. Al acabar pienso Día 7 que fuera.
Sonia Conesa García