El destino son las decisiones que tomamos a lo largo de la vida, hasta las que parecen insignificantes.

Esta frase es perfecta para describir cómo da comienzo nuestra historia.

Nuestro destino como festeras era formar una Escuadra, la Escuadra de Castizas.

Dicen que una empieza a sentir los colores de su comparsa desde pequeña, en casa,  cuando creces viendo a tus mayores calzarse las botas y ponerse el pañuelo rojo. Y que empieza a invadirte el gusanillo de las Escuadras Especiales cuando, inconscientemente, se te abren mucho los ojos y se te pone el vello de punta al verlas pasar.

Así lo sentimos la mayoría de nosotras, cuatro o cinco niñas que se veían cada día 5 en la Losilla, sin ser conscientes que ya entonces estábamos formando una escuadra. Ni nosotras lo imaginábamos, ni esas otras niñas que aún estarían en la carroza, o aquellas que desfilaban en otras comparsas, o las que aún no eran festeras, sin saber, que años más tarde el destino las uniría a la Escuadra de Castizas.

Y año tras año, fiestas tras fiestas, después de botas q se quedaron pequeñas, dobladillos que se sacaron para aprovechar un poco más, fajas nuevas q se adaptaran a un cuerpo que cambiaba, redes perdidas en borracheras inolvidables… Poco a poco, junto a nosotras,  crecía esa ilusión, el sueño se hacía más nítido.

 

Y ese sueño se cumplió. Y esa fila de niñas se convirtió en la Escuadra de Castizas, con el nombre de siempre, con las niñas de siempre. Cosas del destino…

Las socias fundadoras de la Escuadra de Castizas: Zayda Mª Milán, Maisa Gandía, Sira Sanchís, Irene Ferriz, Bienve Ibáñez, Inés Hernández, Marisa Sánchez, Raquel Muñoz, Cristina Palmer, Mariana Ranea, Mª Belén Gómez y Mari González, agradecen la participación en sus diferentes años a: Isa, Elena, Manoli, Amparo, y a Laura, que se estrena este año.